Cuidado de la piel

    La piel se vuelve vulnerable con el paso de los años. Esto significa que la piel de las personas mayores es más propensa a tener problemas cutáneos y necesita un mayor cuidado. Le podemos ayudar a mantener una rutina de cuidado de la piel.

    La piel frágil de las personas mayores merece un cuidado especial

    La piel es un órgano vital que sirve para protegernos de lesiones e infecciones. Por tanto, es muy importante comprender los factores de riesgo para poder mantener una piel sana.

    Edad

    La piel de las personas mayores corre un riesgo especial porque:

    • se cura con más lentitud y es propensa a la fricción y el roce

    • tiene tendencia a degradarse y causar irritación, picor, infección o dolor

    • es sensible a un exceso de humedad y el contacto prolongado con la orina y las heces

    Agua y jabón

    Lavarse con frecuencia con agua y jabón también puede alterar la integridad de la piel y reducir su capacidad de prevenir infecciones.  Los jabones contienen ingredientes de limpieza llamados surfactantes que pueden causar irritaciones si permanecen en la piel, incluso después del aclarado.

    Incontinencia

    La piel de las personas que sufren incontinencia es vulnerable a diferentes amenazas, incluida la dermatitis asociada a la incontinencia y la úlcera por presión.

    • Se calcula que entre un 7 y un 11 % de los residentes que sufren incontinencia padecen dermatitis asociada a la incontinencia [1]

    • La incontinencia urinaria multiplica por más de 5 la incidencia de úlceras por presión [2,3]

    • La incontinencia fecal multiplica por más de 20 la incidencia de úlceras por presión [1,2]

    • Además, las erosiones cutáneas derivadas de la incontinencia pueden causar un impacto importante en el bienestar psicológico y físico de una persona. [5]

    La prevención es la clave

    Con el debido cuidado y tratamiento, muchos de estos problemas se pueden prevenir o reducir. Por ejemplo, puede reducirse la incidencia de úlceras por presión, que son muy caras de tratar, hasta en un 50 % si se siguen las rutinas de cuidado adecuadas. [6-8]

    Unos buenos hábitos de higiene, diseñados especialmente para la piel frágil de personas mayores, pueden ayudar a prevenir las irritaciones cutáneas y las infecciones. Cuando se hace un seguimiento de cada episodio de la incontinencia, una rutina óptima ayuda a prevenir la aparición de la dermatitis asociada a la incontinencia. Dicha rutina debería incluir una limpieza suave, la aplicación de una crema hidratante y el uso de una barrera o protector cutáneo, solo en caso necesario. [5]

    Aparte de las ventajas clínicas, unos buenos hábitos de higiene ayudan a los pacientes a sentirse cómodos, frescos y sanos, además de mejorar su autoestima, independencia y calidad de vida en general.

    Referencias:

    1Bliss DZ et al. (2006). Prevalence and correlates of perineal dermatitis in nursing home residents (Prevalencia y correlación de la dermatitis perineal en residentes). Nurs Rev, 55, 243-251.
    2Department of Health (DOH) (Ministerio de Sanidad) (2000). Londres. 
    3Le Lièvre S. (2001). Br J Community Nurse, 6(4), 180-185.
    4Ripley K. (2007). Skin Care in Patients with Urinary or Faecal Incontinence (Cuidado de la piel en pacientes con incontinencia fecal o urinaria). Primary Health Care, 17(4), 29-34.
    5Bardsley A. (2013). Prevention and management of incontinence-associated dermatitis (Prevención y tratamiento de la dermatitis asociada a la incontinencia). Nursing Standard, 27(44), 41-46.
    6Gunningberg L, (2004). Risk, prevalence and prevention of pressure ulcers in three Swedish health-care settings (Riesgo, prevalencia y prevención de las úlceras por presión en tres entornos sanitarios de Suecia), Journal of Wound Care, 13(7), 286-290. 
    7Cole L, (2014). A three-year multiphase pressure ulcer prevalence/incidence study in a regional referral hospital (Estudio multifásico de tres años sobre la prevalencia/incidencia de las úlceras por presión en un hospital de remisión regional), Ostomy Wound Management, 60(5), 16-26.
    8Lyder CH et al.
    (2002). A comprehensive program to prevent pressure ulcers in long-term care:
    exploring costs and outcomes (Programa integral para prevenir las úlceras por presión en cuidados de larga duración: análisis de costes y resultados). Ostomy Wound Management, 48, 52-62.