El sueño nos ayuda a recuperarnos y revitalizarnos, así como a reparar el tejido muscular después de un día estimulante y de mucha actividad. Cuando descansamos, el sistema inmunológico identifica aquellos elementos que pueden interferir y los “graba” en la memoria para combatir mejor las infecciones. El sueño también ayuda a consolidar los recuerdos, para que veamos las cosas con más agudeza durante el día.
¿Qué consecuencias tienen las visitas frecuentes al baño por la noche?
En residentes de más edad que necesitan cuidados especiales, la alteración de sus hábitos de sueño puede provocar cambios de humor, disminución de sus facultades mentales y capacidad de memoria, mayor sensibilidad al dolor, mayor riesgo de infección y caídas, y dificultad para llevar a cabo las actividades diarias y programas de rehabilitación.
Cuando envejecemos, nuestros cuerpos cambian y empeora la calidad del sueño, con mayor probabilidad de despertarse por la noche. La función renal también disminuye y la vejiga pierde elasticidad, lo cual provoca micciones nocturnas más frecuentes.
Con la edad también aumenta el riesgo de sufrir un percance en las visitas nocturnas al aseo. Un estudio1 en el que se analizaron más de 400 caídas de pacientes hospitalizados mayores de 60 años reveló que más de un tercio de dichas caídas estaban relacionadas con ir al baño y casi la mitad tuvieron lugar durante la noche.
Algunas enfermedades y los efectos secundarios de ciertos medicamentos pueden provocar un aumento de las micciones nocturnas, como las afecciones cardíacas y renales, la diabetes, la incontinencia urinaria de urgencia y los fármacos diuréticos. Ponte en contacto con tu médico si crees que puedes tener un problema de salud subyacente, o si la medicación que estás tomando es el motivo de tus visitas nocturnas al baño. A veces, con tan solo cambiar la hora en la que tomas el medicamento puede ayudar a reducir los efectos secundarios.
El insomnio también puede provocar que vayas al baño por la noche con más frecuencia, dado que se produce más orina durante las horas en vela. Existen numerosas enfermedades crónicas que causan insomnio, como el síndrome de piernas inquietas, la apnea del sueño, el alzhéimer o el párkinson.
Además, muchas enfermedades crónicas provocan malestar o dolor, por lo que tratar cualquier trastorno médico subyacente y gestionar adecuadamente el dolor hará que duermas mejor y reducirá la producción de orina durante la noche.
Consejos para una rutina eficiente de cuidados nocturnos
Para ayudar a tus residentes a que descansen bien por la noche, hemos creado una guía con pasos que ayudan a reducir las interrupciones del sueño y aumentar la eficiencia de los cuidados que se prestan por la noche.
1. Empezar por lo más básico
Asegúrate de que el residente haya vaciado la vejiga y el intestino antes de irse a dormir. Es importante que mantenga unos buenos hábitos de deposición durante el día para reducir el riesgo de incontinencia fecal por la noche. Para evitar las micciones durante la noche, es conveniente evitar la ingesta de líquidos dos horas antes de acostarse. Recuerda que la cafeína no solo nos desvela, sino que también incrementa las ganas de orinar, por eso es mejor reducir el consumo de cafeína para dormir mejor. Además, ciertas enfermedades y efectos secundarios de medicamentos pueden provocar y aumentar las micciones nocturnas, como la diabetes y los diuréticos.
Una buena forma de conseguir que duerma de un tirón es controlar las horas de sueño y procurar que no haga siestas muy largas. El uso de medias compresoras y elevar las piernas por las tardes también puede servir para reducir las micciones nocturnas, dado que ayuda con la retención de los líquidos que se acumulan en las extremidades inferiores a lo largo del día.
2. Probar a usar un protector nocturno
Si el residente sufre incontinencia durante la noche, utiliza un protector diseñado especialmente para el uso nocturno. TENA ProSkin Pants Night ofrece una exclusiva protección en posición tumbada con un 16 % más de absorción y protege la piel frágil durante más tiempo. El 99 % de los cuidadores afirma que los residentes permanecen secos toda la noche3 y las pruebas de laboratorio indican que la sensación de sequedad es un 32 % más elevada tras siete horas de uso4. TENA ProSkin Pants Night absorberá las fugas nocturnas si el residente no es capaz de ir al baño o si sufre pérdidas mientras duerme.
3. Crear buenos hábitos de sueño
Si el residente duerme peor, revisa qué actividades realiza durante el día. ¿Sale a tomar suficiente aire fresco y hace ejercicio? Prueba a incorporar algunos ejercicios suaves de estiramiento en su rutina diaria. ¿Ve la televisión antes de acostarse? Es mejor que lea o escuche algo de música. ¿Bebe alcohol? Reduce la ingesta de bebidas alcohólicas porque, si bien provocan somnolencia, en realidad lo que hacen es alterar el mecanismo regulador del sueño del cuerpo. Asegúrate de que el residente tenga una rutina de relajación que le haga sentirse más saludable y descansado.
4. Mantener la seguridad de los residentes
Ir apresuradamente al baño solo durante la noche acarrea un riesgo para las personas mayores. Una solución es colocar una silla con inodoro cerca de la cama, pero si no es posible o conveniente, asegúrate de que no encuentren ningún obstáculo para llegar al baño. Quizá debas instalar luces con sensor de movimiento o retirar objetos que representen un peligro en el camino. En caso de que el residente tenga demencia o sea sonámbulo, plantéate colocar una alarma de cama para que te avise si se levanta y deambula.
5. Cuidar la piel frágil
Las molestias que produce una afección cutánea persistente pueden repercutir gravemente en la calidad del sueño, y en ocasiones contribuir a una mayor necesidad de orinar durante la noche. Para ayudar a mantener la salud natural de la piel, hemos desarrollado una solución en tres pasos para mantener la piel sana de las personas que sufren incontinencia: