Si ya has leído nuestro artículo en el que explicamos qué es la y como prepararte para ella, sabrás que no llega de un día para otro y que hay fases que atravesarás o ya estás atravesando, cada una de ellas con diferentes sintomatologías y cambios a los que debes prestar atención y ante cualquier duda, consultar con tu ginecólogo/a.
Principalmente se producen tres fases:
- Perimenopausia
- Menopausia
- Posmenopausia
Perimenopausia y sus síntomas
La perimenopausia se confunde a menudo con la premenopausia, que se refiere al momento de la vida en el que se es fértil y se tiene la menstruación, ya sea regular o irregular. Sin embargo, la perimenopausia suele comenzar varios años antes, en el momento en el que los ovarios reducen su producción de estrógenos. Ya en ese momento pueden aparecer algunos síntomas, aunque las mujeres continúan menstruando y siendo fértiles.
La sintomatología, durante esta primera etapa, es numerosa y puede variar según cada mujer. Insistimos ¡La se manifiesta de forma diferente en cada mujer!
Estos síntomas son:
- Períodos irregulares
- Empeoramiento del síndrome premenstrual
- Aumento de peso
- Sofocos
- Cambios de humor
- Sensibilidad en los senos
- Cansancio
- Problemas para dormir
- Dolores frecuentes de cabeza
- Disminución del deseo sexual
- Infecciones del tracto urinario (ITU)
- Problemas de fertilidad
- Sequedad vaginal y/o molestias durante las relaciones sexuales
- Pérdidas de orina al toser o estornudar
- Urgencia urinaria
Los sofocos son, sin duda, el síntoma más frecuente de la menopausia. Se trata de un aumento repentino de la temperatura corporal. Suele ser breve, y viene acompañado de calor, sudor y aceleramiento del corazón. Su intensidad varía y pueden producirse en cualquier momento del día o de la noche. Cerca del 75 % de todas las mujeres menopáusicas los sufren.
Estos efectos pueden comenzar a sentirse a los 40 años, incluso durante la década de los 30 años. Son síntomas inequívocos de que, no sabrás muy bien en qué momento, dejarás de menstruar.
Llega la menopausia ¿Qué ocurre?
La reducción de estrógenos ha llegado a tal punto que el ovario no libera un óvulo cada mes. Aun así, existen muchas posibilidades de que la menstruación no desaparezca por completo, sino que se mantenga durante algunos meses, aunque de forma intermitente.
Oficialmente no sabrás que has entrado en la hasta que haya transcurrido un año entero sin tener la menstruación. Este momento suele producirse en mujeres con edades comprendidas entre los 45 y los 55 años, aunque suelen darse excepciones tanto por debajo como por encima de estas edades.
Algunos de los síntomas que ya hemos visto en la perimenopausia se repiten durante esta segunda fase:
- Sofocos
- Sudores nocturnos
- Dificultad para dormir
- Disminución del deseo sexual
- Sequedad vaginal y/o molestias durante las relaciones sexuales
- Dolores de cabeza
- Cambios de humor
Y otros nuevos que debes vigilar:
- Problemas de memoria y concentración
- Palpitaciones
- Rigidez articular
- Reducción de la masa muscular
- Infecciones urinarias recurrentes
- frecuente
El hecho de que ya no tengas la menstruación no implica que abandones tus revisiones ginecológicas. Es más, a las pruebas que te realizas habitualmente se sumarán otras como la densitometría, para evaluar posibles problemas de osteoporosis.
La posmenopausia existe
Esta etapa comienza cuando la mujer deja de sufrir los síntomas característicos de la como los sofocos, las sudoraciones, los cambios de humor y otros cambios fisiológicos como la pérdida ósea y las variaciones en los niveles de colesterol. A pesar de todo, en algunas mujeres puede persistir alguno de estos efectos, como la dificultad para conciliar el sueño o la frecuente. Además, las mujeres son más propensas a padecer determinadas enfermedades como osteoporosis, patologías cardiacas y cambios en la vagina, en la vejiga, y la aparición de urinaria.
Insistimos en que cada mujer experimenta su propio proceso. Pero, en cualquiera de los casos, mantener una vida saludable y activa, adoptando nuevos hábitos alimenticios y de estilo de vida contribuirán de forma positiva de cara a eliminar los síntomas recurrentes.
Si tienes dudas sobre lo que te ocurre, consulta con tu ginecólogo/a. En ocasiones, se suele prescribir medicaciones de terapia hormonal sustitutiva (THS).
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