La relación entre la incontinencia urinaria y la depresión
¿Qué hacer si la urinaria afecta mis estados de ánimo? Es fundamental trabajar la resiliencia, esa capacidad para vencer las adversidades de la vida, salir fortalecido de ellas y crecer.
¿Qué hacer si la urinaria afecta mis estados de ánimo? Es fundamental trabajar la resiliencia, esa capacidad para vencer las adversidades de la vida, salir fortalecido de ellas y crecer.
Hay una sutil diferencia entre afrontar una situación y ser resiliente. Hacer frente sería lo que más o menos abordamos en la vida diaria. La resiliencia va un paso más allá: afrontas el día a día con determinación, tienes garantías de éxito y sales fortalecido de los desafíos.
Es un hecho que la incontinencia suele afectar a la vida diaria de muchos adultos. En menor o mayor medida. Por ejemplo, muchos ven restringida su participación en actividades sociales y las relaciones personales, tan fundamentales para nuestra felicidad. La urinaria puede incluso causar depresión en algunas personas.
La clave es ser resiliente: no solo no autolimitarse, sino aprovechar los obstáculos para hacernos más fuertes y ganar autoestima.
Lo primero es buscar en nosotros mismos. Por eso, es fundamental replantearse los problemas y pensamientos negativos que pueda traer la . Y hacerlo de una forma racional ejercitando nuestra mente para ello.
En resumen: hacernos fuertes desde la razón para proponer soluciones reales a los problemas que pueda crear la incontinencia. Sin vergüenza alguna.
Según los expertos, las personas resilientes reconocen las situaciones, ya sean livianas o más difíciles. Mantienen la calma y evalúan las cosas de manera racional para poder diseñar un plan y actuar.
Es muy habitual encontrar hombres que se esconden detrás del problema, como si eso les convirtiera en imperfectos, como si ello les expusiera a la crítica y el rechazo. ¿Por qué pensar así?
Es fundamental crear un círculo afectivo con personas de confianza y rodearse de amistades a las que recurrir en cualquier momento: hablar sobre una pequeña molestia o de sucesos traumáticos. Saber que ellos están ahí, te entienden y te apoyan.
“Los adultos mayores con pueden participar activamente en la sociedad cuando tienen el deseo de interactuar con los demás, la voluntad de realizar ejercicio físico y la confianza en el manejo de la incontinencia. Estas características psicológicas son importantes para ser resilientes ante la incontinencia y para la participación social activa”, expresó un estudio publicado en la revista científica Aging Ment Health.
Está comprobado que el ejercicio te hace más resiliente. Es cierto que hay prácticas que no son beneficiosas si se tiene urinaria. Por ejemplo, atletismo, equitación o gimnasia deportiva. Pero no activarse es una mala excusa.
No se trata de ponerse a hacer deporte y sudar como si no hubiera un mañana. Más que eso, se trata de ponernos en marcha. Con los famosos ejercicios de Kegel o, por supuesto, con actividades tan extraordinarias como el yoga o pilates.
Un trabajo publicado por la Universidad de Murcia constató que “quienes practican siempre una actividad física reportan mayores niveles de resiliencia en todas sus dimensiones que los que no lo hacen, informan de una mejor salud y un bienestar y, además, perciben su vida en términos más positivos”.
¿Y qué hay del cuidado mental? Es completamente absurdo atravesar un momento de dificultad y pretender no angustiarse o sufrir. Y la incontinencia puede presentarse como un obstáculo, por descontado. La clave es hacernos resilientes a través de la aceptación de esas emociones. ¿La incontinencia es el fin del mundo? No.