Seis formas de apoyar a un cuidador

Cuidadora sentada en una silla mientras que mira el móvil

En todo el mundo, millones de personas prestan regularmente cuidados no remunerados a sus seres queridos, familiares y amigos. Casi 2 de cada 5 personas afirman no saber dónde encontrar apoyo o asesoramiento, en caso de convertirse en cuidadores familiares1.

Es importante que la sociedad empiece a reconocer y apoyar la valiosa labor de los cuidadores familiares porque su vida cambia. Te mostramos siete formas significativas de ayudar a un cuidador, ya sea para ayudarle a realizar sus tareas asistenciales o para que pueda desconectar y relajarse.

Una mujer ayuda a su hija adolescente con necesidades especiales.

1. Escuchar sus problemas

Muchos cuidadores experimentan soledad y sentimientos de aislamiento a medida que su vida cambia. Muchos se enfrentan a retos difíciles y a menudo experimentan un carrusel de emociones cada día. Es importante visitar a los cuidadores siempre que sea posible. Ofrecerles una taza de té o café y escucharlos es una forma fácil de mostrarles apoyo. Déjales hablar de sus sentimientos sin juzgarles ni interrumpirles. Es un pequeño gesto que puede significar mucho para un cuidador.

Una mujer con aspecto cansado toma una taza de café en la mesa del comedor.

2. Darles un descanso de las tareas de cuidado

Cuidar de alguien implica una serie de tareas diferentes, desde hacer recados hasta ocuparse de la higiene personal. Estos trabajos pueden llegar a ser agotadores tanto en el aspecto físico como mental y emocional. Dado que los cuidadores tienen tanto que hacer a diario, es una buena idea ayudarles siempre que puedas. Aunque sólo sea yendo a correos o al supermercado para adquirir los productos que el cuidador ha incluido en su lista de la compra. O también ofreciéndose a llevarlos en coche, seguro que agradecerán cualquier ayuda extra. Si puedes, ofrécete a cuidar de sus seres queridos mientras ellos disfrutan de unas horas libres para dedicarse a sí mismos.

Una mujer sonríe a su madre sobre la isla de la cocina mientras prepara la comida.

3. Haz algo bonito por ellos

Muchos cuidadores no reciben ninguna remuneración o recompensa por su trabajo. Para la mayoría de las personas, una salida al cine o a cenar fuera son cosas que no requieren mucha antelación ni planificación. Pero, para un cuidador de una persona vulnerable, incluso salir de casa durante media hora puede resultar imposible. ¿Por qué no planear algo agradable para ellos? Reserva un masaje, llévatelo a pasar un día fuera o sorpréndele con un regalo que le anime y que muestre tu agradecimiento por el increíble trabajo que realiza.

Una mujer saca la colada de la lavadora y se la da a su madre.

4. Ofrécete a ayudar con los recados

Después de pasar el día cuidando de otra persona, los cuidadores pueden tener poco tiempo para ocuparse de sus propias necesidades personales. Si estuvieras cerca de alguien que cuida a otra persona, podrías intentar quitarle un peso de encima. Pregúntales si puedes encargarte de alguna de sus tareas personales para aligerar la carga, como ir a la compra o llevarles una comida casera. Asegúrate de consultarle antes para saber exactamente qué tipo de ayuda necesita.

Un hombre de mediana edad sonríe a la cámara.

5. Saber cuándo darles espacio

Los cuidadores se enfrentan a muchos retos cada día. Puede que les resulte difícil desconectar después de terminar sus tareas asistenciales. Evita pedirles que hagan algo que añada más estrés o presión a sus ya ajetreadas vidas. Los cuidadores suelen tener una agenda muy apretada, así que pregúntales por una hora conveniente antes de organizar una visita de cortesía. Como amigo o familiar de un cuidador, intenta identificar cuándo necesitan espacio.

Una mujer agotada sentada sola en una lavandería.

6. Detectar signos de agotamiento

Cuidar de alguien es un trabajo duro y, en algunos casos, puede ser extremadamente difícil. Si notas que el cuidador tiene dificultades, intenta ofrecerle apoyo en lo que necesite. Presta atención a cualquier signo visible de agotamiento, como un cambio de actitud, problemas de sueño, falta de energía, aislamiento, depresión o retraimiento. Para marcar la diferencia puede bastar con preguntarle si se encuentra bien y si hay algo que puedas hacer para ayudarle.

Descubre más información para cuidadores

Bibliografía

1) Estudio global de TENA sobre las actitudes y el conocimiento de los cuidados familiares en la población general. Julio 2022 Polonia, Canadá, Francia, Reino Unido, EE. UU. Cada país entrevistó a más de 1000 hombres y mujeres mayores de edad.