Un cuidador es aquella persona que se encarga de atender las necesidades básicas de otra. Esta labor se realiza cuando alguien requiere apoyo debido a una enfermedad, discapacidad, trastorno mental u otra condición que le impida valerse por sí mismo.
Es normal que muchas personas no se identifiquen como cuidadoras y que pasen años antes de reconocerse como tal, ya que el concepto de cuidar puede variar según cada persona.
Si proporcionas apoyo continuo y no remunerado a un ser querido que necesita ayuda con tareas simples como cocinar, vestirse o ducharse, entonces eres un cuidador.
Para algunas personas, este papel surge de manera repentina. Sea cual sea tu situación, podemos ayudarte ofreciéndote consejos y recursos para superar los desafíos asociados a convertirte en un nuevo cuidador.
¿Qué diferencia hay entre un cuidador no remunerado y uno profesional?
Un cuidador es aquel que brinda asistencia en tareas básicas de atención a otra persona: desde una ayuda a moverse hasta asistirlo en el aseo personal.
Los cuidadores pueden ser remunerados o no. Un cuidador no remunerado suele ser un familiar, como el cónyuge, un amigo o un vecino, que brinda apoyo sin recibir compensación económica. Este acuerdo puede ser temporal o permanente y puede surgir debido a diversas condiciones de salud. También existen cuidadores voluntarios que ofrecen su ayuda de manera desinteresada, aunque a menudo no tienen una relación previa con la persona a la que cuidan.
El término “cuidador profesional”, por lo tanto, abarca una variedad de profesiones remuneradas en el ámbito asistencial como el cuidado de ancianos, personas con discapacidad, servicios domiciliarios y asistentes personales.
Situación global de los cuidadores
Un estudio1 elaborado y publicado por TENA revela que, aunque el cuidado de personas es cada vez más común en todo el mundo, la sociedad aún no reconoce plenamente la magnitud y la contribución de los cuidadores familiares. Algunos de los datos más destacados son:
- Se espera un aumento del 25-50% en el número de personas que se convierten en cuidadores en los próximos años.
- El 55% de las personas encuentra difícil equilibrar el cuidado con las responsabilidades cotidianas y el trabajo.
- 1 de cada 4 personas no sabe cómo cuidar a un ser querido si fuera necesario.
- 2 de cada 5 personas desconocen dónde encontrar apoyo si tuvieran que convertirse en cuidadores.
Cuidar de una persona que necesita ayuda
Independientemente del nivel de necesidad de la persona a la que cuidas, hay una serie de tareas cotidianas sencillas y responsabilidades que puedes asumir para brindarle tu apoyo:
- Realizar las tareas domésticas y las compras en el supermercado o en la farmacia.
- Promover la seguridad del entorno. En personas mayores, la fragilidad de sus huesos puede llegar a provocar caídas o lesiones que les impida moverse. Para evitar estos accidentes procura que su casa sea lo más segura posible.
- Brindar compañía y apoyo emocional. Ofrecer compañía a una persona mayor o que está enferma puede ser el mejor de los regalos. Como cuidador, una parte importante de tu responsabilidad es conseguir que tu ser querido se sienta valorado y bien atendido.
- Asistir en el cuidado e higiene personal, si observas que estas tareas le resultan complicadas a la persona que cuidas.
Cuidar a una persona que necesita más ayuda
A veces, nuestros familiares pueden necesitar más apoyo práctico y asistencia, quizá debido a una enfermedad o discapacidad continuada. He aquí algunos ejemplos de funciones y responsabilidades de los cuidadores de personas con necesidades de nivel medio:
- Proporcionarles una dieta nutritiva
Puede que tengas que asegurarte de que tu ser querido ingiere alimentos equilibrados y nutritivos. Esto puede implicar algo más que preparar la comida, ya que la hora de comer no es sólo un momento para alimentarse, sino también para socializar, charlar, compartir historias y bromear. ¿Por qué no invitas a otros familiares y amigos a comer con tu ser querido? Socializar ayuda a las personas a sentirse conectadas.
- Controlar la ingesta de líquidos
Es importante asegurarse de que la persona a la que se cuida está adecuadamente hidratada. Una orina demasiado concentrada (oscura y maloliente) puede irritar la vejiga, y la deshidratación aumenta el riesgo de hipotensión y caídas. Los signos de deshidratación son orina oscura, volumen urinario reducido, boca y piel secas y sensación de cansancio o mareo.
Anima a tus familiares a beber siempre que sientan sed. Para ayudarles, asegúrate de que beben durante las comidas, ofréceles bebidas (por ejemplo, tomar juntos una taza de té) y prepárales alimentos con un alto contenido en agua (como sopa, gelatina o fruta, como el melón).
Si cuidas a una persona mayor que orina con frecuencia por la noche, intenta limitar la ingesta de líquidos a 2-4 horas antes de acostarse.
- Fomentar una buena higiene
La higiene personal es importante en cualquier rutina diaria. Tal vez la persona a la que cuidas sea capaz de cuidar de sí misma y asearse sin tu ayuda, o necesita algo de ayuda por tu parte. Intenta animarle a que siga aseándose por sí mismo, de forma independiente mientras pueda. No obstante, puedes comprobar de vez en cuando si te necesita.
- Ayuda con el cuidado de la piel
A medida que nos hacemos mayores, nuestra piel también envejece. Se vuelve muy frágil y seca. Las personas mayores necesitan una rutina de higiene especial diseñada para su delicada piel. Rascarse la piel seca puede alterar la barrera cutánea y provocar infecciones. Por eso, es bueno animar o ayudar a tus familiares mayores a que se hidraten todo el cuerpo como parte de su rutina diaria. Utilizar una crema hidratante sensible suaviza la piel seca y mantiene su pH natural.
Cuidar a una persona con necesidades importantes
Muchas personas de todo el mundo cuidan de un familiar con necesidades graves o importantes. Por ejemplo, puede ser necesario prestar cuidados temporales a un ser querido tras un ictus o un infarto, o cuidados permanentes si está discapacitado o se le ha diagnosticado una enfermedad como demencia o Alzheimer. Esto suele implicar la creación de un plan de cuidados que garantice un apoyo integral. He aquí algunos ejemplos de funciones y responsabilidades importantes de los cuidadores:
- Ayudar a la persona con la movilidad
¿Es la persona a la que cuidas incapaz de levantarse y sostenerse por sí misma? ¿Pasa la mayor parte del tiempo en la cama? ¿Necesita ayuda para vestirse y asearse? Si se ajusta a alguna de estas descripciones, significa que necesita mucha ayuda con la movilidad. La persona a la que cuidas puede necesitar ayuda para levantarse de la cama. Esto puede suponer un esfuerzo para su espalda, levantarla y moverla. Si este es su caso, merece la pena consultar nuestros consejos prácticos sobre ergonomía segura en el hogar. Si ayudas a tu familiar a mantenerse en forma con el ejercicio que necesita, podrás ayudarle a mantener su independencia el mayor tiempo posible.
- Asistencia para la continencia
La es un reto para el cuidador, pero no tiene por qué afrontarla solo. Los profesionales sanitarios son un buen punto de partida porque podrán remitirte a su servicio local de incontinencia para que evalúen a tu ser querido y recibáis asesoramiento. Para obtener información detallada sobre el cuidado personal y de la continencia, puedes consultar nuestra guía de higiene.
- Cuidado de la piel perineal
Si tu ser querido sufre incontinencia, es fundamental proporcionarle los productos absorbentes más adecuados, ayudarle en el cambio y eliminar las pérdidas fecales lo antes posible.
El cuidado de la zona perineal ayuda a proteger la piel de irritaciones e infecciones. Es importante seguir una estricta rutina de higiene personal diseñada para mantener sana la delicada piel perineal. Estos hábitos de higiene ayudarán a tu ser querido a sentirse más cómodo, limpio y fresco, al tiempo que mantienes su piel sana.
Puedes ampliar información en el artículo en el que hablamos sobre cómo prevenir la irritación cutánea provocada por la incontinencia y para obtener más consejos, lee nuestro artículo sobre cómo prevenir la irritación cutánea provocada por la incontinencia y la dermatitis perineal (DAI).
Descubre más información para cuidadores
Bibliografía
1) Estudio global de TENA sobre las actitudes y el conocimiento de los cuidados familiares en la población general. Julio 2022 Polonia, Canadá, Francia, Reino Unido, EE. UU. Cada país entrevistó a más de 1000 hombres y mujeres mayores de edad.