Para cuidar adecuadamente a un ser querido, es importante que cuides de ti mismo. Si quieres ser un buen cuidador, permanece atento a los primeros signos de estrés y toma las medidas necesarias para eliminarlos a tiempo.
A continuación, te ofrecemos seis consejos para reducir tu estrés. Intenta aplicarlos en tu rutina diaria y observa los resultados.
1. Concienciación
Ser cuidador no es fácil, puede agotar tu energía y generarte estrés y ansiedad. Afortunadamente, existe un remedio natural y eficaz: la meditación.
La consciencia sólo se consigue cuando vives cada momento plenamente; cuando estás atento, o eres consciente de lo que estás haciendo y de lo que ocurre a tu alrededor; cuando eres consciente de tus pensamientos y sentimientos, sin distraerte con ellos; cuando sientes una sensación de calma y alivio.
Tú también puedes practicar la meditación durante cinco o diez minutos al día. Prueba a sentarte en silencio y presta atención al ritmo de tu respiración.
Existen incluso aplicaciones de mindfulness que puedes descargarte en tu teléfono móvil para entrenar tu proceso de concentración y meditación. Verás que, al aumentar tu atención plena en ti mismo, tu estado general mejorará y también los cuidados que le prestas a tu ser querido.
2. Una carga de energía positiva
Como sabes, cuidarte requiere mucha energía. Sin embargo, hay varias cosas que puedes hacer para recargar las pilas. Aquí tienes algunas ideas para probar cuando estés fuera de casa:
- Cuando cojas el autobús, intenta bajarte una parada antes de lo habitual y camina esa distancia restante.
- Usa las escaleras en lugar del ascensor.
- Aparca del coche y apuesta por la bicicleta.
- Y si tienes tiempo para ti, haz ejercicio físico, y a ser posible, acompañado.
Recuerda: un estilo de vida sano te ayuda a mejorar tu bienestar general y te aporta energía para cuidar de tu ser querido.
3. Devuelve la armonía a tu vida
Un poco de música puede mejorar tu estado de ánimo. En el coche o en el trabajo, escuchar la música que te gusta te hará sentir más sereno y relajado. Está científicamente demostrado.
Cuando cuides de un ser querido, utiliza la música que os guste a ambos para crear momentos de armonía y relajación.
4. Haz las cosas que te gustan
De vez en cuando, puede que te apetezca quedarte en cama, leer o ir al cine. ¡Adelante, hazlo! Cuidar de alguien no significa prescindir de tu tiempo libre. Apóyate en tus familiares o amigos para intentar disfrutar de la vida y olvidarte de tus obligaciones como cuidador.
5. Si lo necesitas, pide ayuda
No intentes abarcar todas las tareas tú solo porque acabarás estresándote y con una terrible sensación de frustración. Pide la colaboración de tus familiares o amigos tanto para compartir tus obligaciones como para mantener una conversación con ellos o que puedas disfrutar de tiempo libre para ti. Seguro que tus familiares estarán más dispuestos a ayudarte en el futuro cuando comprueben lo mucho que trabajas como cuidador.
6. Cuida tu salud
Cuando cuidas de alguien es importante que tú también te mantengas sano. Apostar por un estilo de vida saludable te permitirá, además de contar con las fuerzas necesarias para realizar tu trabajo de cuidador y reducir tus niveles de estrés. Seguir una dieta equilibrada te ayudará a ello.
Evita los alimentos con alto contenido en grasas, como la carne y el queso y aumenta la ingesta de frutas y verduras.
Evita las bebidas con cafeína y los refrescos con cola. Aunque pienses que te aportan energía, afectan al sueño.
Los alimentos ricos en azúcares tienen como efecto secundario, la aparición del cansancio.
Para alimentarte de la mejor forma posible, consulta con tu médico cuál es la dieta más apropiada para ti. ¡Porque un cuidador sano es un cuidador fuerte!